1.11.09

El Ciclo editorial

En la Editorial el tiempo no existe. Por lo menos no existe en la forma en que lo conocemos. Acá el tiempo se mide en ejemplares mensuales de la revista, y cada período cuenta con cuatro momentos, cuatro semanas muy distintas entre sí. Cundo termina, el ciclo mensual vuelve siempre al principio.

Empieza el mes y uno puede encontrar Redactores y Comerciales fumando y riéndose en los huecos más raros del edificio; el Director pasea por las rutas argentinas, visita a amigos y familiares en las provincias más alejadas de la Capital. Los Editorialistas más viejos aprovechan la ausencia del Director para quedarse durmiendo en sus casas. Durante esta Primera Semana, los Redactores que van a la Editorial se enteran de las cosas más absurdas ya que al estar sin tareas, pueden recorren hasta el rincón más desolado de la peor página de Internet.

En la Segunda Semana del Cíclo mensual los Redactores y Comerciales siguen fumando pero lo hacen entre una tarea y otra. El Director continúa su viaje pero generalmente anda cerca de la Ciudad por si tiene que solucionar algún tema imprevisto. Es común que llame por teléfono a las Editoras para dar indicaciones precisas. Los Editorialistas más viejos siguen en sus casas.

En la Tercer Semana los Redactores y los Comerciales ya no fuman juntos, y si fuman en algún momento, no lo disfrutan del todo porque deben una llamada a una empresa o a un funcionario. El Director por fin llega a la Editorial: desde su oficia da órdenes, pero al estar desbordado por la cantidad de notas y avisos que todavía faltan cerrar, confunde los nombres de las Redactoras con el de las Comerciales, más sueltas y provocativas por naturaleza. Los Editorialistas más viejos, ya en la Editorial, leen los mails de la última quincena y se quejan del sofocante calor.

A penas se menciona la Fecha de cierre. La producción sigue un ritmo parejo y las notas llegan lentamente a “Diseño”.

Durante la Cuarta Semana, la última del Ciclo, se puede ver a los Redactores paralizados contra una ventana, corriendo hacia “Diseño” o leyendo desesperadamente, sobre un escritorio, los números anteriores de la revista para conseguir algo de inspiración. Los Comerciales suben por las escaleras golpeando papeles contra las paredes. Hablan con más de veinte clientes por día y apenas tienen tiempo para chequear sus mails. Durante el “Cierre”, al Director se lo ve espléndido. Da órdenes; feliz de tener la última palabra, se mueve como una estrella de Rock por todos los pisos. No es siempre fácil ubicarlo ya que puede organizar almuerzos que le llevan toda la tarde. En este período, los Editorialistas más viejos suelen encerrase en los baños o inventar toda clase de pretexto para llegar antes a sus casas.

Es en “Diseño” donde termina todo. Las notas escritas, volcadas en una carpeta común, son levantadas por los Diseñadores que mientras trabajan toman los mates lavados que les ceban los Redactores mientras supervisan su tarea. Nadie se va hasta que la revista cierre. A penas se puede comer unas empandas en algún receso o un cortado sin azúcar. Las ojeras en todas las caras, los insultos más fácil que de costumbre, y la improvisación del último momento. Antes del cierre siempre se baja un aviso, una empresa que al final no tiene recursos para publicidad, pero no importa, se rellena con alguna nota sobre la Editorial. Todos desanimados, o más eufóricos que nunca. Siempre alguien durante esta semana se replantea su trabajo mientras se prepara un mate cocido en la cocina del tercer piso a las siete y media de la tarde. Finalmente se termina la última nota, se manda la revista por mail y cada uno se va sabiendo que mañana nuevamente, como pasa después de cada cierre, no va a tener nada que hacer.

Se imprime.

4 comentarios:

  1. ¡Tal vez habría que inventar una especie de ubuevanol editorial para la cuarta semana!

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  2. Vi cada una de las semanitas... lindo!!!
    besos

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  3. Si, por suerte ya pasó lo peor. Volvimos a la primer semana. Un relajo
    besos, gracias

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  4. Muy lindo relato! Tengo q confesarte q terminé cansado! Necesito vacaciones!!!
    Abrazo Mandracho

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